En la actualidad existe un abrumador caudal de estudios, publicados en diferentes revistas de investigación y prevención sanitaria, que relacionan la conducta de fumar con diversas enfermedades. Informes de organismos oficiales de prestigio, tales como la Organización Mundial de Salud o la Asociación Española Contra el Cáncer, alertan claramente sobre los graves efectos nocivos que para la salud produce fumar. Por esta razón, existen legislaciones restrictivas en todos los países occidentales que, además de obstaculizar la venta de tabaco a través de subida de impuestos y tasas administrativas, limitan su uso público para proteger la salud de la población civil no fumadora.
De todos los compuestos químicos que componen un cigarrillo, están especialmente estudiados y afectan de manera más clara a la salud del fumador, el alquitrán, el monóxido de carbono y la nicotina.